Cómo Comenzar un Jardín

Cómo Comenzar un Jardín


Todo el mundo quiere un jardín de revista, pero no todos saben cómo lograrlo.

Andrés Fortuño
 
Todo el mundo quiere un jardín de revista, pero no todos saben cómo lograrlo. Algunos hasta piensan que no tienen buenas manos para las plantas, y dejan que las malas hierbas se apoderen de sus patios.
 
Pues aquí vengo con buenas noticias. Lograr el jardín de tus sueños es más fácil de lo que imaginas. Es cuestión de ir paso por paso y no dejar que la frustración te venza. Entonces, a continuación te presento los pasos principales a seguir para que llegues a tu meta, creando un jardín de película.
 

Deja los miedos atrás

Lo primero que hay que hacer es eliminar de nuestra cabeza que no podemos hacerlo. Cualquier persona puede crear un jardín y mantenerlo en óptimas condiciones. Lo único que a veces nos falta es algunos conocimientos básicos y algo de motivación. Por eso iremos paso a paso para que esta vez no te pierdas en el camino.
 

Observa y elimina

Antes de ponerte a plantar, lo primero que hay que hacer es observar las condiciones actuales de nuestro jardín. A veces está lleno de objetos inservibles, plantas secas, tiestos rotos y hierbas malas.  Lo primero que hay que hacer es eliminar cualquier objeto, planta o hierba que esté afeando el patio.
 
Nada mejor que comenzar de cero. Cuando uno tiene un espacio vacío, es más fácil rellenarlo poco a poco con las plantas que queremos. Además puedes ir jugando con los espacios moviendo las plantas (aún en sus tiestos) a través del jardín. Preséntalas en diferentes lugares antes de sembrarlas.
 
Este también es el momento perfecto para arar las primeras capas de tierra y oxigenar el terreno, enmendar con composta orgánica, o hidratarlo con riegos profundos. Estando el espacio vacío notarás si hay que controlar plagas que puedan ser dañinas en el futuro.
 

Establece un plan de acción

No trates de hacerlo todo a la vez. Una vez tengas el espacio limpio, es cuestión de usar un poquito de imaginación.  Piensa en qué te gustaría ver en el jardín. Tal vez es un paraíso tropical lleno de heliconias, o tal vez uno con un pequeño estanque donde sembrar lotos u otro tipo de plantas acuáticas.
 
Tu imaginación no debe tener límites. Ahora, si el presupuesto si los tiene, ve rellenando los espacios poco a poco. Un fin de semana compras los hibiscos, el próximo las impacientes de sol y más adelante las mandevillas.  Mientras sigas el plan original, tendrás un divertido proyecto para cada fin de semana.
 

Compra plantas que se adapten

Dependiendo de la zona donde vivas, habrá plantas que mejor se adapten a las condiciones de clima de tu área. Si por ejemplo, se aproximan la primavera y el verano, nada mejor que comprar especímenes tropicales que aguanten sol y temperaturas cálidas.
 
Gracias a la nueva creación de híbridos, es fácil conseguir plantas con buena resistencia a diversos climas. Cómo regla general, los viveros de cada zona traen plantas específicas para esa zona. Pero si aún tienes duda, con leer las etiquetas o preguntarle a los empleados de la tienda, sabrás que tipo de planta estás comprando.
 

Combina texturas y colores

Algunas plantas florecen todo el año, pero otras en épocas específicas. Para evitar que el jardín pase mucho tiempo sin color, mezcla plantas de hojas coloridas o con textura  (begonias o ajuga) con aquellas que florecen. Así cuando no haya flores, aún tendrás espacios coloridos el resto del año.
 

Plantas de sombra versus de sol

Otro detalle de suma importancia es asegurarte de comprar plantas dependiendo del área. Si es un lugar de pleno sol, escoge impacientes de sol, una bougainvillea, rosas, petunias SuperCal o cualquier planta que necesite buena luz solar.
 
Si es un área de sombra escoge espatifilos, anturios, orquídeas, ajuga u otras plantas que le den color y vida a esas áreas de sombra. También puedes aprovechar y darle forma al jardín con los topiarios de ficus.  
 

Luego de plantar

Una vez tengas tus plantas en el lugar correcto, riega de forma profunda y dales tiempo a que se adapten al nuevo lugar. Riega en las mañana cuando el sol aún no calienta. También asegúrate de ir conociendo las necesidades de cada planta. Si necesita menos riegos, cada cuanto hay que fertilizarlas o cuando les toca la primera poda.
 
Puedes crear un pequeño calendario de papel y pegarlo en la nevera. Ahí podrás ir marcando los días de riego, poda o fertilizante. ¿El resto? Sencillo. Búscate una limonada, tu silla predilecta y a disfrutar de tu nuevo espacio. Ya sea para meditar, descansar o disfrutar de los beneficios de la madre naturaleza.