De seguro has visto más de una vez esos afiches donde promocionan las delicias de vacacionar en el trópico. Ya sea en alguna isla Hawaiana o en las bellas playas del Caribe.

Estos “posters” presentan fotografías con hermosas palmeras, atardeceres frente al mar y mucho, mucho sol. Usualmente también incluyen (en alguna esquina del afiche) la imagen de una flor enorme, hermosa y muy llamativa. Esta es la famosa flor del hibisco.

Y no es para menos. Esta flor es símbolo de abundancia, bienestar y alegría en muchos países alrededor del mundo. Es una flor grande, rica en vivos colores y muy fácil de relacionar con el trópico. Inclusive, actualmente es la flor típica del estado de Hawai.

A la flor del hibisco también la llaman flor de Cayena, Amapola, Rosa china, flor de Jamaica o Mar Pacífico.  Dependiendo del lugar donde esta se encuentre la pueden llamar de diversas formas.

¿Qué es el hibisco?

El hibisco es una planta de zonas tropicales y de subtrópico. Aunque también se puede mantener en zonas cálidas no necesariamente tropicales. Esta es una planta de mantenimiento fácil. En zonas soleadas y cálidas por lo general anda en flor todo el año.

Los orígenes de esta planta la colocan entre Asia y África. Sin embargo es casi imposible ver alguna de sus flores y no imaginarnos en alguna isla tropical como Hawai, Jamaica, Cuba o Puerto Rico.

Híbridos del hibisco

Gracias a la buena experimentación botánica hoy en día es fácil  encontrar una variedad enorme en tipos de hibisco. Colores que van desde el rosado intenso hasta el amarillo canario, y un sin número de combinaciones dependiendo del tipo específico.

Los híbridos son el resultado de la combinación de dos plantas o especies para formar un tercer tipo. Con este cruce se trata de lograr que una planta sea inmune a ciertos tipos de plaga, que la planta sea más resistente al clima, o simplemente crear nuevas formas y colores en sus flores, troncos u hojas.

En el caso del hibisco aplican todas las anteriores. Todos los años aparecen nuevas flores, colores y tamaños. También plantas de tipo arbustivo y hasta pequeños árboles. La variedad es enorme y los resultados son fantásticos.
 

Hibiscus Sunrise Mimosa

Clima ideal:

 Siendo una planta tropical es fácil saber que necesita recibir buen sol.  Además, le convienen los climas cálidos y las temperaturas constantes. Las heladas o los cambios bruscos en temperatura pueden afectar su desarrollo. Entonces para muchos es conveniente mantenerlas en un tiesto. Así cuando el clima se vuelve frío es fácil moverla al garaje o dentro de la casa, sobre todo en lo que pasa el invierno. Mientras esté dentro de la casa, procura mantenerla cerca de una ventana donde entre buena luz del sol.

Sustrato o terreno: 

Tierra fértil y bien drenada es la clave. Antes de sembrar tu nuevo hibisco, trata de mezclar la tierra con composta orgánica. Así mantendrás el terreno fértil, bien aireado y promoverás la actividad biológica en el mismo.

Hidratación: 

Procura regar tus plantas de hibisco una vez por semana. Es bueno mantenerles el terreno algo húmedo, pero nunca encharcado. Esto puede pudrirle fácilmente las raíces. Si sientes que la tierra está aún húmeda, no riegues. Espera unos días en lo que el terreno drena los excesos de agua.

Fertilizante: 

Una vez la planta se establezca y adapte al lugar donde la coloques, puedes agregarle algún tipo de fertilizante para motivar el florecimiento (Bloom buster). Si eres nuevo con este tipo de fertilizante, sigue la regla dorada: “menos es más”. Utiliza la mitad de la cantidad de fertilizante que indica el paquete. Diluye con bastante agua.
Como vez, cuidar de un hibisco es fácil. A cambio esta planta te dará las flores más maravillosas que hayas visto. ¡Y quién sabe! Tal vez mirando sus flores abrir te transportas (aunque sea en pensamiento), a ese lugar paradisiaco que siempre has soñado.